El radicalismo bonaerense obtuvo el 5,25% de los votos y quedó relegado frente al peronismo y La Libertad Avanza.
La Unión Cívica Radical bonaerense sufrió un nuevo revés en las elecciones legislativas y solo logró dos bancas en Diputados y dos en el Senado dentro de la alianza Somos Buenos Aires, que alcanzó el 5,25% de los sufragios. De ese total, apenas dos lugares quedaron en manos de radicales: Priscila Mainaard (Coronel Dorrego) y Natalia Quintana (Vedia).
La derrota profundizó la crisis interna del partido, dividido en al menos cuatro sectores: los intendentes que responden a Miguel Fernández, el espacio Evolución de Martín Lousteau, el armado de Maximiliano Abad y la línea de Facundo Manes, más volcada a la política porteña. De los 27 jefes comunales radicales, solo 12 retuvieron sus distritos y varios perdieron frente a La Libertad Avanza y Fuerza Patria.
En el análisis, Fernández sostuvo que la elección “se nacionalizó” y afectó las chances locales. De cara a octubre, la UCR sigue fragmentada en distintas alianzas: Provincias Unidas con Florencio Randazzo, los intendentes junto a la Coalición Cívica, y Nuevos Aires con Sixto Cristiani. La interna, ya judicializada desde 2024, amenaza con reabrirse en plena campaña.