Funcionarios bonaerenses y dirigentes legislativos calificaron la medida como un “manotazo de ahogado” y denunciaron que prioriza al agroexportador por encima de la emergencia social.
La decisión del Gobierno nacional de reducir a cero las retenciones a la soja y otros granos hasta el 31 de octubre generó fuertes críticas desde la Provincia de Buenos Aires y bloques opositores en el Congreso. El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, afirmó que la disposición refleja la fragilidad del plan económico y la definió como un intento de “rascar la olla” para contener la escalada del dólar.
En el ámbito legislativo, el jefe del bloque Encuentro Federal, Miguel Ángel Pichetto, habló de “oportunismo electoral” y acusó al ministro de Economía, Luis Caputo, de “mala praxis económica”. Desde Unión por la Patria, Germán Martínez cuestionó que el Ejecutivo elimine retenciones mientras suspende la Ley de Emergencia en Discapacidad, y la diputada Sabrina Selva sostuvo que la decisión es “injusta e inconstitucional”.
Otras voces opositoras remarcaron el carácter electoral de la medida. Pablo Juliano ironizó sobre la falta de previsibilidad, Juan Manuel López advirtió sobre las contradicciones del esquema cambiario y Nicolás Del Caño reclamó precisiones sobre el costo fiscal. Desde la Provincia, la senadora electa Fernanda Raverta denunció “cinismo” por suspender la ley de discapacidad mientras se beneficia al sector agroexportador.
Para el diputado Carlos Castagneto, la eliminación temporal de retenciones no constituye una política de desarrollo sino un “manotazo de ahogado”, mientras que Vanesa Siley resumió el malestar opositor señalando que el Gobierno “quita retenciones, gasta dólares para la timba y se somete al FMI, pero ignora las leyes y las necesidades de la gente”.
