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Cuenca del Salado: el campo se organiza ante obras frenadas y nuevas inundaciones
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Cuenca del Salado: el campo se organiza ante obras frenadas y nuevas inundaciones

Abr 23, 2025

Productores rurales y entidades agropecuarias bonaerenses exigen que el Gobierno Nacional reactive los trabajos de infraestructura hídrica. Denuncian promesas incumplidas, caminos intransitables y un plan maestro que avanza a paso lento.

El malestar crece en el interior productivo de Buenos Aires. En el centro de la provincia, las lluvias recientes volvieron a dejar campos anegados, pueblos aislados y rutas intransitables. Pero esta vez, la bronca del sector agropecuario no se dirige solo al clima: el reclamo apunta al Gobierno Nacional, que paralizó obras hídricas clave para el desagote de la Cuenca del Salado, una región neurálgica para la producción ganadera y agrícola.

Las entidades que integran el Consejo del Salado —CARBAP, la Sociedad Rural Argentina, Federación Agraria, Coninagro y la Unión Industrial— se declararon en estado de asamblea permanente. Señalan que el dragado del tramo 4.2 del río Vallimanca, entre Roque Pérez y Lobos, fue interrumpido sin explicaciones, a pesar de contar con financiamiento del Fondo Hídrico Nacional. “La necesidad está, los fondos están. No hay ninguna excusa válida para esta parálisis”, advirtieron.

El denominado Plan Maestro del Río Salado, que contempla grandes obras estructurales y canales secundarios, fue declarado prioritario por distintas gestiones. Sin embargo, la falta de continuidad administrativa y la neutralización de contratos impiden su ejecución completa. Cada tramo frenado afecta el funcionamiento del sistema completo. “No podemos esperar otros 50 años para que el agua deje de arruinar nuestras producciones y nuestros pueblos”, advirtió Alberto Larrañaga, titular del Consejo Asesor del plan.

Además de asambleas, el reclamo se canaliza por vías institucionales. La Sociedad Rural de 9 de Julio albergó recientemente una reunión regional de CARBAP, donde se discutieron las consecuencias de las inundaciones, junto con otros temas sensibles como el tipo de cambio y las retenciones. Los dirigentes remarcaron que el reclamo no es solo sectorial: se trata de una deuda estructural con el interior bonaerense, que arrastra décadas de demoras y promesas vacías.

Con el invierno por delante y nuevas lluvias en el pronóstico, los productores advierten que no bajarán los brazos. Si no hay respuestas concretas de Nación, podrían intensificarse las medidas. “Nos obligan a salir a los medios y a las rutas. No queremos hacerlo, pero ya nadie puede vivir con el agua al cuello”, concluyó Larrañaga.